Cientos de veces volví de nuevo a aquel lugar, primero, acompañado siempre de mi padre, más tarde, cuando fui algo más mayor, en soledad. Apoyado en su tronco, su madera me transmitía siempre una calma y sosiego totales, era como si a través de su corteza me inyectará las fuerzas que muchas veces me faltaban. Una vez, sentado en una gruesa rama a bastante altura, leía un libro en total tranquilidad y creo que ayudado por la calidez del sol de mediodía, me quedé dormido y, lentamente, me escoré hasta caer en picado en dirección al suelo. En ese instante de sobresalto, cuando sentí mi cuerpo caer a gran velocidad, me pareció ver que el roble movía rápidamente su ramaje de la parte más baja para recoger con suavidad mi cuerpo y frenar mi inminente caída. Dando un pequeño saltito, bajé al suelo completamente ileso y al incorporarme, pude ver como las ramas que se habían amoldado a mi cuerpo, retornaban a su posición original.
Aquel fue el momento más mágico de mi vida, una comunicación inquebrantable se estableció entre nosotros dos. El roble me reveló su secreto, me mostró la pureza de su existencia, aquello que ya habían conocido mis antepasados y que ahora comprobaba yo profundamente emocionado. Me marché tras abrazar su tronco, volviendo mi vista de vez en cuando convencido de que en cualquier momento sus raíces saldrían de las profundidades y se pondría a caminar junto a mí, como dos buenos amigos.
Pasaron los años y la rotundidad de la vida se fue adueñando de mis actos. Las obligaciones y la evaporación de la inocencia fueron espaciando cada vez más mis visitas a aquel lugar. El trabajo y las necesidades pactadas de la existencia me arrancaron de cuajo de aquel pueblo y aquellos bosques, y me escupieron sin piedad sobre una ciudad gris y contaminada. En círculos cerrados de monótono trabajo y deudas para pagar deudas, me sorprendí un día intentando recordar mi viejo roble, sin tan apenas conseguirlo.
Sin darme cuenta me mimeticé en la misma ciudad, me volví gris y contaminado. Me convertí en un ser con sentimientos prestados, puro materialista y totalmente conformista con el mundo que me rodeaba. Dejé de bracear para salir a llenar mis pulmones, y me dejé hundir, lentamente, hasta los más oscuros abismos de la existencia.
Ella fue lo único que aportó luz a mi vida, pero fue tan breve… la velocidad me los robó sin tan apenas haberlos saboreado. Mis proyectos de volver junto a ella a recorrer mis bosques, de continuar en él el secreto de nuestro viejo roble, todo se esfumó aquel negro día de noviembre. Ahora, nada de mí quedaba, yo también me había esfumado totalmente.
Las lágrimas y el alcohol me aconsejaron volver a aquel lugar, sabía que no había vuelta atrás y que solo él tendría el poder de rellenar mi cuerpo vacío. Hacía años que no tocaba su dura corteza, pero tenía la certeza de que solo entre sus ramas encontraría mi camino perdido.
La bruma de aquel atardecer difuminaba el perfil de su ramaje, mientras pasaba la cuerda sobre una larga rama, le conté lo desgraciada que había sido mi vida desde la última vez había charlado con él. Le conté que no habría un hijo mío que jugara de nuevo entre sus ramas y que ahora, en aquel mismo instante, solo él podía mostrarme un nuevo camino. Le conté, mientras ajustaba la soga a mi cuello, que al igual que aquel lejano día, cuando había movido sus ramas para salvarme, necesitaba que hoy volviera a mover sus ramas para volver a hacerlo. Y mientras me lanzaba de nuevo al vacío, le dije que solo necesitaba esa pequeña muestra de que no estaba solo en la vida, para poder continuar viviendo.
Nadie en el lugar se explica cómo mi cuerpo permaneció allí colgado durante tantos días sin que fuera presa de los animales y las alimañas del bosque. Algunos dicen que el roble, con tremendos esfuerzos, me protegió de ellos durante todo ese tiempo y que quizás todos esos esfuerzos fueron los que le llevaron a no superar aquel otoño. Pero yo sé que no se secó por aquellos esfuerzos, descubrí demasiado tarde que en realidad su sabia no se alimentaba de los rayos en las tormentas, sino de los juegos, la ilusión y la inocencia de todos aquellos niños durante tantas generaciones.
Soportó el fuego, la lluvia, el viento y el hielo, y llegué yo, y lo maté de pena.
Fin...
Sinuhé
27 comentarios:
El roble es un árbol que me gusta desde su nombre que me recuerda la palabra noble, y en él reconozco no se por qué esa cualidad. Tú, me lo has valorizado mucho más con tu relato. La historia puede ser la de todos, solo que las has contado de una forma especial y mágica, con un final que me sorprendió y me conmovió. Un saludo afectuoso y gracias por este texto.-
Buffffffffffff... h vuelto a hacer llorar...ES TREMENDAMENTE PRECIOSO LO QUE HAS ESCRITO. Es uy triste pero me ha encantado, de verdad. Te felicito.
Saludos
Mi querido Sinuhé, la emoción me embarga, el final es triste, debió de volver antes, seguro que un abrazo con el viejo roble le habría borrado el gris de su vida. Pero le has dado un final mágico, de verdad que cada vez me gusta más leerte. Felicidades y mi abrazo con todo cariño.
Un árbol lleno de profundos e inagotables recuerdos. Bien por estas letras. Un gusto leerte.
Mas recuerdos para inundar el alma de sentimientos olvidados.
¿Has leído, "Los árboles mueren de pie" de Alejandro Casona?
Tu relato me recuerda a ese libro que tanto me gusta.
Besotes
Dios, que relato tan estremecedor.
Me ha encantado.
tus relatos son, de una lectura tan amena, que enganchas.
Colosal, felicidades.
besos.
El roble es uno de lo àrboles mas duros y nobles que conozco...tal es asì que ha esperado tu llegada...tu presencia para entregarse.
Tù no lo haz matado, solo ha cumplido su ciclo vital...tal vez retoñe...solo espera.
Un beso grande.
Marìa Laura.
En mi ciudad llevamos el nombre del roble en el gentilicio y por eso es un árbol más que especial para mí. Lo llevamos en honor de uno como el tuyo más que centenario pero que x avances de la civilización desapareció. Pero no desapareció del todo, hay otro de su misma savia que queda para las nuevas generaciones, para que puedan seguir sentandose bajo su sombra y abrazándole cuando lo necesiten. Así que estoy segura de que ni él ni el árbol de tu historia han desparecido del todo, la naturaleza es así... Se me agotan los adjetivos para tus relatos, de verdad.
Un bosque de besotes
Tal vez por echarte de menos tantos años, estaba ya debilitado e hizo un último esfuerzo para sostenerte y acompañarte en tu momento de transición.
He leído que hay que abrazarse a los árboles porque ellos nos llenan de energía de la tierra. No sé si será efectivo, pero a veces lo hago...
Preciosos escritos, amigo Sinu. Un gran beso energético.
Hermoso, Sinuhé...ya te lo dije una vez y lo repito, me conmovió el desenlace y casi se me escapan unos lagrimones...
Nuestras vidas llegan a alejarse tanto de las cosas importantes que perdemos ese contacto inicial que nos mantiene enlazados con el universo todo. Perdemos la noción de nuestra propia esencia por dejarnos atrapar por las urgencias de la materialidad sin importancia.
Te dejo un abrazo!!
Sinuhe simplemente conmovedor, cálido y maravilloso relato. Me ha encantado!!!
Ayyy, Sinuhé, lástima que se alejo del roble, de lo cierto y límpio, se alejó, como todos de la infancia, y al final, el roble fue su último aliento.
Llorarían, seguro, las hojas del roble, y sus raices, llorarían.
Estremecedor, bello cuento, un besito y un !salve! natalí.
¿SABES HERMANO?EL ROBLE ES UN ARBOL QUE DA MUCHA PROTECCION Y SABIDURIA..ES UNO DE MIS PROTECTORES.LA HISTORIA HERMOSISIMA YA TE LO DIJE EN OTRA OCASION...COMO SOY REBELDE ,HICE CASO OMISO Y ME ENTREGUE A VIAJAR POR VUESTRAS CASAS.
http://www.youtube.com/watch?v=7NCZ4l8FCFc
HASTA PRONTO .MJ :)
Pues muy remal Mari, ya te has ganado un par de capones por mi parte. Grrr...
Gracias a todos por vuestros comentarios. Se os aprecia muchísimo.:)
Saludos
Sinu, que no estoy para estas historias, pero eso no tienes tu la culpa.
Mi narrador , eres puro sentimiento en todo lo que escribes, yo luego leo y me lo creo, eres genial.
Un petonet.
Hola , el roble que bello árbol en bilbao lo beneramos , nos transmite leyendas y costumbres de nuestra tierra muy ancestrales , sabes ? aunque tu relato tiene mucha melancolia yo me voy feliz porque es una delicia leerte ¿como lo haces ? da lo mismo , un poema , terror ,nostalgia , fantasia .....siempre disfruto leyendote ,eres especial querido amigo besotes y abrazos , que las musas te sigan mimando .
que precioso, me he emocionado, el roble es noble....me encantan los árboles, son como el estandarte de la madre tierra...sin árboles no hay vida, no hay sombra, no hay ramas donde columpiar los sueños...
gracias por estos minutos de belleza.
Gracias x tu recomendación, Sinu, ya he visto que se pasean por todos los blogs dejando el mismo mensaje. Como ya sabes soy una señorita que no habla con extraños...
He borrado sus comentarios.
Besos discotequeros.
Hola Sinuhe, gracias por tu visita, te pido disculpas por no comentarte tu cuento pues no lo he leido, pero de mas esta decirte que seguro me hubiera gustado ya que siempre me fui de tu blog cuando he entrado super satisfecha de haberlo hecho.
Otra vez gracias un honor para mi que dejes un comentario en mi blog.
Un abrazo.
Tere.
Bonita historia. ¿De donde sacas tanto tiempo para escribir cosas tan bella?
Siempre acompañándote
Ana
Hija, mi tiempo es cero y ando como tu, tirando de reediciones,jeje
Un beso prima
Hola Sinuhe, me ha dado mucha alegría verte por mi espacio, hacía mucho que no me pasaba por aquí y es que al final el tiempo va haciendo de las suyas y no da para todo
Ni que decirte cómo me ha gustado tu cuento, como siempre tus historias me enganchan letra a letra hasta el final..... que también como siempre logra sorprenderme
Un abrazo Sinu y es pero que nos volvamos a ver más a menudo
Soqui
un precioso relato de gran calidad narrativa, y que visto en profundidad nos muestra lo que nos pasa a casi todos en un momento de nuestra vida que nos encontramos perdidos, desarraigados y buscamos que los demas nos salven del precipicio en el que nos vemos envueltos, sin tener en cuenta que solo nosotros mismos podemos salvarnos, solo nosotros tenemos la capacidad para con una mirada introspectiva enderezar el camino, un final sorprendente y bello... ah por cierto no leas a un autor si le tienes ojeriza,no vas a poder valorarlo como toca. besets paisà
He estado unos dias sin poder dejar comentarios, me alegro de leerte, un verdadero placer como siempre. Me ha encantado!!
Un beso-lyria
nos a encantado esta historia es muy emocionante nos gustan los arboles ellos nos dan vida
a nosotros nos abria gustado trepar ese ermoso roble.
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