Es posible que no exista palabra en el castellano más versátil que los huevos o cojones, dicho de manera más campechana.

Para muestra un botón:

Cuando hace mucho frío decimos que hace un frío de cojones, lo mismo vale para cuando hace calor o cualquier otra inclemencia del tiempo. (Si hace mucho de algo, lo hace de cojones). Cuando algo nos cuesta muy caro, nos ha costado un huevo, si nos ha costado carísimo, un huevo y parte del otro.Nos descojonamos si nos reímos mucho.

Cuando alguien nos esta molestando por algún motivo, nos está tocando los huevos. Si alguien es muy pesado, lo podemos llamar mosca cojonera.

Si pasamos mucho miedo, estamos acojonados, a parte de que se nos suben los huevos a la garganta. Ante una enorme sorpresa, se puede dar el caso de que se nos caigan los huevos al suelo.

Cuando era pequeñín, uno de los insultos más usados entre mis amiguitos, era cara-huevo…de más mayor, cara-cojones. Mis mejores amigos son cojonudos. También puede ser cojonudo un buen coche, una película o… en realidad todo puede ser cojonudo.

Cuando alguien es un poco tacaño, es de cojón prieto. Cuando alguien es un poco vago, es un huevón. Cuando alguien hace una proeza de forma heroica, lo ha hecho con cuatro pares de cojones, (porque tiene muchos huevos). De lo contrario, no tiene huevos y es un acojonado.

En dialectos más refinados del castellano, se puede sustituir el cojón, por cataplín, pelotas o bolas. Aunque no cambia para nada el sentido de las expresiones.

En fin, podría seguir con una interminable lista de expresiones con los huevos de por medio, pero no quisiera que nadie me tilde de “pesao de los cojones”.


Sinuhé (Reloaded)